Porto Empedocle (Italia)
6 de septiembre de 1925
Comisario Salvo Montalbano
Vigata (Sicilia - Italia)
Biografía
Entre 1939 y 1943 estudia en el bachiller clásico Empedocle di Agrigento donde obtiene, en la segunda mitad de 1943, el diploma. En 1944 se inscribe en la facultad de Letras, no continúa los estudios, sino que comienza a publicar cuentos y poesías. Se inscribe también en el Partido Comunista Italiano.
Entre 1948 y 1950 estudia Dirección en la Academia de Arte Dramático Silvio d'Amico y comienza a trabajar como director y libretista. En estos años, y hasta 1945, publica cuentos y poesías, ganando el "Premio St. Vincent".
En 1954 participa con éxito a un concurso para ser funcionario en la RAI, pero no fue empleado por su condición de comunista. Sin embargo, entrará a la RAI algunos años más tarde.
En 1957 se casa con Rosetta Dello Siesto, con quien tendrá 3 hijas y 4 nietos. En 1958 empieza a enseñar en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. Durante cuarenta años fue guionista y director de teatro y televisión. Camilleri se inició con una serie de montajes de obras de Luigi Pirandello, Eugène Ionesco, T. S. Eliot y Samuel Beckett para el teatro y como productor y coguionista de la serie del inspector Maigret de Simenon para la televisión italiana o las aventuras del teniente Sheridan, que se hicieron muy populares en Italia.
En 1978 debuta en la narrativa con El curso de las cosas ("Il corso delle cose"), escrito 10 años antes y publicado por un editor pagado: el libro es un fracaso.
En 1980 publica en Garzanti Un hilo de humo ("Un filo di fumo"), primer libro de una serie de novelas ambientadas en la ciudad imaginaria siciliana de Vigàta, entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX.
En 1992 retoma la escritura luego de 12 años de pausa y publica La temporada de caza ("La stagione della caccia") en Sellerio Editore: Camilleri se transforma en un autor de gran éxito y sus libros, con sucesivas reediciones, venden un promedio de 60 mil copias cada uno.
En 1994 se publica La forma del agua ("La forma dell'acqua"), primera novela de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano (nombre elegido como homenaje al escritor español Manuel Vázquez Montalbán). Gracias a esta serie de novelas policiacas, el autor se convierte en uno de los escritores de más éxito de su país. El personaje pasa a ser un héroe nacional en Italia y ha protagonizado una serie de televisión supervisada por su creador.
Bibliografía
Serie Montalbano
- La forma dell'acqua (1994) La forma del agua
- Il cane di terracotta (1996) El perro de terracota
- Il ladro di merendine (1996) El ladrón de meriendas
- La voce del violino (1997) La voz del violín
- Un mese con Montalbano (1998) Un mes con Montalbano
- Gli arancini di Montalbano (1999) La nochevieja de Montalbano
- La gita a Tindari (2000) La excursión a Tindari
- L'odore della notte (2001) El olor de la noche
- La paura di Montalbano (2002) El miedo de Montalbano
- Il giro di boa (2003) Un giro decisivo
- La pazienza del ragno (2004) La paciencia de la araña
- La prima indagine di Montalbano (2004) El primer caso de Montalbano
- La luna di carta (2005) La luna de papel
- La vampa d'agosto (2006)
- Le ali della sfinge (2006)
- La pista di sabbia (2007)
- Il campo del vasaio (2008)
- L'età del dubbio (2009)
Otras:
- I teatri stabili in Italia (1898-1918) (1959)
- Il corso delle cose (1978) El curso de las cosas
- Un filo di fumo (1980)
- La strage dimenticata (1984)
- La stagione della caccia (1992) La temporada de caza
- La bolla di componenda (1993)
- Il gioco della mosca (1995)
- Il birraio di Preston (1995) La ópera de Vigata
- La concessione del telefono (1998) La concesión del teléfono
- La mossa del cavallo (1999)
- La scomparsa di Patò (2000) La desaparición de Patò
- Biografia del figlio cambiato (2000) biografía del hijo camibado
- Favole del tramonto (2000)
- Racconti quotidiani (2001)
- Gocce di Sicilia (2001)
- Il re di Girgenti (2001)
- Le parole raccontate. Piccolo dizionario dei termini teatrali (2001)
- Storie di Montalbano (2002)
- L'ombrello di Noè. Memorie e conversazioni sul teatro (2002)
- La linea della palma. Saverio Lodato fa raccontare Andrea Camilleri (2002)
- Le inchieste del Commissario Collura (2002)
- La presa di Macallè (2003) La captura de Macalé
- Teatro (2003)
- Romanzi storici e civili (2004)
- Privo di titolo (2005) Privado de título
- Il medaglione (2005)
- La pensione Eva (2006) La pensión Eva
- Il diavolo. Tentatore; Innamorato (2006)
- Vi racconto Montalbano, Interviste (2006)
- Pagine scelte di Luigi Pirandello (2007)
- Il colore del sole (2007)
- Le pecore e il pastore (2007) Las ovejas y el pastor
- Boccaccio - La novella di Antonello da Palermo (2007)
- Voi non sapete (2007) Vosotros no sabéis
- Maruzza Musumeci (2007)
- Il tailleur grigio (2008)
- Il casellante (2008)
- La muerte de Amalia Sacerdote (2008)
Entrevistas:
KARMENTXU MARÍN - EL PAÍS
Pregunta. En “Las ovejas y el pastor” no aparece Salvo Montalbano. ¿Se ha aburrido ya de él?
Respuesta. En absoluto. En Italia ha salido ya otro libro suyo, La pista di sabbia, que está en los superventas, y el año próximo habrá otro más.
P. ¿Y en qué le mete ahora?
R. Yo no me invento nada. Me fijo en dos o tres noticias de crónica negra, las recorto y luego empiezo a elaborarlas hasta que se convierten en otra cosa.
P. Montalbano tiene el dilema entre el corazón y la ley. ¿No coinciden casi nunca?
R. Casi nunca. La ley es una entidad abstracta, y el corazón es una cosa extremadamente precisa.
P. ¿Sigue su comisario sin abordar la Mafia?
R. Yo no quiero, deliberadamente. Pienso que un novelista que se ocupa de la Mafia le hace un servicio, porque cualquier escritura ennoblece al mafioso y hace de él un personaje fantástico; y es un grandísimo riesgo.
P. En La temporada de caza dice: “Las mujeres son un mal sustituto de una buena paja”. ¿Es misógino?
R. No puede imputar al autor lo que dice el personaje. Ninguna paja sustituirá jamás a una mujer.
P. ¿Y cómo nos ve?
R. Soy partidario de dar todo el poder a las mujeres, porque tengo total confianza en ellas.
P. Usted nunca habría escrito El Padrino.
R. No, no, lo detesto. Los que mejor pueden escribir sobre ellos son los policías, los carabineros y los jueces que deciden la condena. Ésos son sus literatos.
P. ¿Montalbano es buen amigo de Pepe Carvalho?
R. Imposible. En la cocina se hubieran dado de palos. Porque a Montalbano le gustan las cosas tranquilas y genuinas. Estando en Barcelona con Manolo Vázquez Montalbán, y habiéndole visto comer morcilla, entendí lo que es Pepe Carvalho. Manolo era un genocida [ríe].
P. Es más civilizado su comisario: al menos no quema libros.
R. Pero Carvalho los quema tras haber razonado largamente sobre cuáles quemar. Es un hecho crítico.
P. Aunque a su poli se le dan peor las mujeres.
R. Carvalho las busca. Montalbano padece de fidelidad, enfermedad muy extendida en Sicilia, y muy mafiosa. Los mafiosos temen al hombre que no es fiel, porque puede ponerse a hablar con la amante y desvelar cosas.
P. Es que usted es muy cruel: le tiene a la novia en Génova.
R. Pues son los amores que duran más, porque para la convivencia se necesita voluntad de misionero. Habla quien este año ha hecho 50 años de casado.
P. Este verano recordó a Berlusconi sus inicios como cantante. ¿Se lo ha perdonado?
R. No lo sé, porque no tengo relación con él. Y, por otra parte, me importa un carajo.
P. ¿Cuándo se disolvió el PCI murió su corazón de izquierdas?
R. No. Mi corazón sigue siendo del PCI, a pesar de la muerte del PCI. Yo soy un viudo fiel.
P. Las ovejas y el pastor es una investigación histórica. Diez monjas mueren de inanición ofreciendo el sacrificio por su obispo. ¿Ya no quedan monjas como las de antes?
R. Me lo ha criticado mucho el actual obispo de Agrigento.
P. Quizá esté celoso, porque no tiene tanta monja dispuesta a dar su vida por él.
R. No creo que hoy encuentren diez monjas así.
P. ¿Mandaría a Montalbano a investigar en el Vaticano?
R. Creo que sería el único momento en el que se decidiría a presentar su dimisión.
P. Ha escrito ya el fin de Montalbano. Pero no se atreve a liquidarlo.
R. No muere, por si me trae mala suerte. Una vez en París, Manolo, Jean-Claude Izzo y yo hablamos de cómo hacer desaparecer a los personajes. Izzo hizo que su comisario, gravemente herido, fuera a la deriva en una barca; Manolo pensaba en un no retorno de Carvalho. Los dos han muerto y sus personajes han sobrevivido. Llegados a este punto, yo, tocando madera, hierro y otras partes anatómicas, he decidido no hacer morir a Montalbano.
P. ¿Usted tiene miedo a algo?
R. Ni siquiera a la muerte.
P. ¿Con qué personaje se identifica más: Don Quijote, James Bond o Indiana Jones?
R. Indiana Jones, en más divertido, y Bond, en menos, son dos imbéciles. Siendo un escritor de novela negra, comprenderá que piense que a un espía exhibicionista como Bond se lo liquidarían en cinco segundos. Don Quijote es uno de los libros más grandiosos que la humanidad haya concebido jamás, un inmenso regalo hecho al hombre. Pero yo no querría ser Don Quijote. Si acaso, me gustaría ser Sancho Panza.
P. ¿Por qué?
R. Porque no tengo el valor abstracto y la locura de Don Quijote. Creo que prevalecería en mí el jodido sentido común.
MIGUEL MORA - EL PAÍS
Su casa romana es un fumadero luminoso. A sus 83 años, Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1924) fuma 60 cigarrillos diarios -"a estas alturas, si lo dejo me muero"-, y la habitación donde escribe es pura niebla. Justo lo contrario de su nueva y fascinante novela, La muerte de Amalia Sacerdote, ganadora del II Premio de Novela Negra de RBA, que se edita antes en español que en italiano, y en la que el maestro siciliano, comunista temprano y escritor de éxito tardío con su serie sobre el comisario Montalbano, aclara, a base casi exclusivamente de diálogos y de mucho humor, las turbias conexiones que mantienen la mafia, la política, las familias, los bancos, los adúlteros y los medios de comunicación en Sicilia. Y, por extensión, en Italia. "En la isla todo es más evidente, más obvio".
Al mismo tiempo, sale en España (Salamandra) Vosotros no sabéis, un diccionario de términos mafiosos, delicioso y terrorífico a la vez, cuyos derechos Camilleri regaló a los huérfanos de los policías asesinados por la Cosa Nostra. "Es el libro que más quiero porque sirvió para ayudar a esos chicos. Parece increíble, pero Italia no tenía un fondo de solidaridad con los hijos de los policías que mata la Mafia".
Pregunta. ¿No es raro publicar antes en español que en italiano?
Respuesta. Soy un tipo de reflejos retardados, por eso nunca logré sacarme el carné de conducir. Me di cuenta de que estaba casado cuando tuve mi primera hija; supe que era escritor al traducirme. Esto es la gran confirmación.
P. Pero se han publicado artículos que dicen que las traducciones al español no reflejan su uso del dialecto siciliano.
R. Es una polémica eterna, dicen que los traductores castellanos me traicionan. Ha habido dos artículos largos en el Corriere della Sera, el segundo escrito por un conocido imbécil que dice que mi prosa gana cuando se traduce, ya que es tan complicada. Yo creo que hay traductores escrupulosos y menos, eso es todo. El problema no es la traducción, sino las cuentas que el editor echa con sus autores. Si soy un escritor de grandes ventas, ¿para qué perder tiempo en cuidar el lenguaje? Cada página cuenta, hay que ir deprisa. A mí me es indiferente, no siento ni frío ni calor.
P. El protagonista de la novela es el director de informativos de la RAI en Sicilia, aunque al final afirma usted que nunca ha pisado una redacción... Nadie lo diría.
R. Lo que digo es que nunca he estado en la redacción de informativos de la RAI en Sicilia para que no me demanden... Es una ambientación genérica, vale por cualquier lugar donde se gestiona información.
P. ¿Fuera de Sicilia es distinto?
R. En Sicilia tenemos un presidente regional, llamado Cuffaro, que ha sido condenado por colusión con la mafia, no es ninguna broma. Lo han hecho senador por méritos propios, como suele pasar en Italia. Él es onorevole, si cualquier otro tiene una multa de tráfico, jamás llegaría a ser diputado. Dirían que no tiene los papeles en regla. En Sicilia las cosas son más evidentes, más descaradas, en el continente pasa lo mismo pero son más cuidadosos, todo tiene un tono de nobleza mayor, aunque de vez en cuando todo explota. Tenga en cuenta que en Italia Andreotti ha sido ocho veces primer ministro y lo absolvieron de asociación mafiosa diciendo que fue mafioso hasta 1980, delito prescrito, y luego se redimió. Yo he hecho las cuentas de la gente que mató la mafia antes de 1980, y Andreotti ayer fue a leer la Biblia con el Papa.
P. ¿Cree que la cosa tiene solución? Varios colaboradores muy cercanos de Berlusconi han sido procesados y condenados por delitos mafiosos.
R. ¡Ninguna solución! La Unión Europea no puede decir nada sobre Berlusconi, porque ha sido regularmente elegido. El problema son los italianos, que lo votan. Él se limita a interceptar perfectamente el malhumor italiano, el malestar de la gente, y a iluminarlo con su habilidad de vendedor de coches de segunda mano. Los italianos se reconocen en él. Cuando un tipo es imputado tantas veces en procesos y no lo condenan nunca, porque el delito prescribe o él mismo ha cambiado la ley sobre la marcha para impedirlo, la gente piensa: "Qué listo es, qué grande, qué pícaro". Querrían ser igual que él. Por eso lo votan. Un hombre honesto y que casi no sabe hablar, como Prodi, no les hace ninguna gracia.
P. Prefieren al listillo.
R. En Italia triunfa la ley del motorino (el vespino). ¿Ha visto las motos por Roma? Van en sentido contrario, se pasan los semáforos en rojo, suben a las aceras y sortean los carritos de los niños, tienen derecho a todo. Ésa es la moral de los italianos.
P. No se le nota enfadado.
R. He pasado del cabreo sublime al divertimento. Tengo 83 años y he dicho basta. Veo la mala educación, el disparate, y me divierto pensando en ese dicho: el pez huele mal desde la cabeza.
P. ¿Y cómo ha permitido la izquierda que pase todo esto?
R. Tiene enfrente al Vaticano, que es berlusconista, porque no le importa un bledo que esté divorciado si puede garantizar el apoyo económico a la educación católica. "Pecunia non olet", el dinero no huele mal, siempre es bueno, venga de donde venga.
P. ¿A usted no le suscita dudas publicar en Mondadori, que pertenece a Berlusconi?
R. ¡Claro que sí! ¿Pero qué puedo hacer? Es la editorial con mejor distribución. Con Sellerio, la editorial siciliana a la que siempre he sido fiel, tiro 5.000 ejemplares a 12 euros y cobro el 10%. En Mondadori tiran incluso dos millones, los libros valen 22 euros, hacen ediciones de lujo, pagan el 15%. ¡Yo escribo para ser difundido y leído! Al menos Mondadori depende de su hija Marina, que no es su padre, y el staff editorial es de altísimo nivel, nada berlusconiano. El problema es el país. Si te haces un seguro para una pierna, el dinero acaba yendo a Berlusconi. Si publicas un libro, también. Es ubicuo, como Dios.
P. Así que realmente la cosa tiene poca solución.
R. La solución la dará Dios. Tiene 72 años. Será presidente de la República, y luego debería incluso morirse. No se lo deseo, pero es el curso normal de la vida...
ERNEST ALÓS - EL PERIÓDICO
Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925), hiperproductivo a sus 83 años, ha decidido abrir un nuevo frente: además de sus relatos históricos y las novelas policiales del comisario Salvo Montalbano, esta semana publica en España La muerte de Amalia Sacerdote, un thriller a la siciliana sobre las complicidades de políticos, periodistas y mafiosos.
--¿Cuáles son los casos reales en que se basa el libro?
--En mis novelas yo nunca invento. Siempre parto de hechos de la crónica de sucesos. En esta novela, del caso Montesi: en torno al cadáver de una chica se desarrolló en 1953 una acción política que llevó a la dimisión de grandes personajes de la Democracia Cristiana. Fue acusado --aunque la chica murió por causas naturales o consumo de drogas-- el hijo de Attilio Piccioni, ministro de Asuntos Exteriores y número dos de la DC. Después de esta acusación, el Honorable Piccioni tuvo que desaparecer políticamente y sus adversarios sacaron provecho. El reciente caso Garlasco aparece también porque, como en mi novela, el acusado es el novio.
--¿Es más una novela de intriga política que policial?
--Exactamente. Los escritores de gialli (novelas negras) no hacemos otra cosa que introducir de contrabando, a través del esquema de la novela negra, críticas a la justicia, a la política, a la sociedad de nuestro tiempo. Como lo hacía mi amigo Manolo Vázquez Montalbán con su Carvalho. Esta diría que es una novela civil, en la que procuro mostrar las relaciones subterráneas que existen en la sociedad siciliana entre mafiosos, políticos, periodistas, bancos de negocios... Pero, cuidado, Sicilia es un espejo de Italia.
--En el libro dice que lamentablemente Sicilia es 'así'. ¿Cómo es?
--Es una isla que hasta hace pocos meses tenía como jefe del Gobierno a una persona que ha sido condenada a cinco años de prisión por complicidad con la Mafia. Y que celebró la condena comiendo cannoli porque esperaba que fuese mayor. Así solo se puede tener una Administración paramafiosa.
--¿Y las últimas detenciones?
--Bien, no quiero hablar mal solo de Sicilia. ¿Qué sucede desde hace un año? Provenzano impuso un límite del 2% al pizzo que debían pagar las empresas. Y excluyó a los comerciantes porque decía que se sacaba poco rendimiento y en cambio se ganaba enemigos. Cuando fue capturado acabó la unidad de las bandas mafiosas, extendieron a todo el mundo el pizzo y lo aumentaron al 5% o el 10%. Así que el empresariado siciliano se ha rebelado, ha dicho que aquí ya no se paga más, ha empezado a expulsar a los que aún pagan y a denunciar a los mafiosos. Han detenido a más de cien. Es un momento muy importante para Sicilia. Yo, que soy comunista, me veo ahora gritando, ¡viva los empresarios, adelante!
--¿Y Berlusconi?
--¿Por qué tenemos que hablar de Berlusconi? Berlusconi es una anomalía. Es una enfermedad que ha infectado al pueblo italiano, que ya tenía una buena predisposición a ser infectado.
--El título original de La muerte de Amalia Sacerdote es La rizzagliata, una red donde caen los peces tontos y se escapan los listos. ¿El pobre comisario Montalbano hubiese sobrevivido en esta trama de peces gordos?
--He tenido a Montalbano al margen de esta historia. Creo que sí, el senador que dirige toda la trama sería demasiado hábil para él. En casos como estos, a los policías incómodos o los matan o los trasladan.
--En todas sus novelas la Mafia está en el trasfondo, pero nunca a la vista. ¿Es así de discreta?
--Para mí es importantísimo responder a esta pregunta. Porque dejar la Mafia en el trasfondo fue una elección intencionada. No puedo decir que la Mafia no existe, porque mentiría, lo han dicho cardenales y políticos, no yo. Si no existiese, Falcone y Borsellino se hubiesen hecho saltar por los aires ellos mismos, decenas de magistrados y policías se hubiesen matado ellos mismos. ¿Cuál es el riesgo para un narrador? Que inevitablemente el mafioso resulta simpático. Si usted toma una de las primeras novelas de Sciascia, El día de la lechuza, el personaje del mafioso, don Mariano Arena, resulta de una simpatía estrepitosa, aunque Sciascia estuviese escribiendo un libro contra la Mafia. Si pensamos en Marlon Brando interpretando El Padrino, ¡Virgen Santa!, olvidamos que es un asesino mandando a asesinos. La Mafia está, es un ruido constante, pero no la pongo en primer plano.
--Lo hace en Vosotros no sabéis.
--Es el único caso, y es un ensayo sobre la Mafia, no una novela. Me lleva a hacerlo mi experiencia personal. Hace diez años, me encontré en medio de un tiroteo mafioso en mi pueblo. Seis muertos y seis heridos. Uno de los muertos estaba hablando conmigo, así que figúrese... Apuntaban bien, si no hoy no estaría aquí. Mi primera reacción, instintiva, fue la rabia. Grité a un hombre que llevaba un revólver: 'dámelo, dámelo, quiero matarlos'. Y de repente me vino la vergüenza. El miedo llegó, pero cuatro horas más tarde.
--¿En este libro ha logrado evitar el riesgo, al darle la palabra al capo Provenzano a través de sus mensajes, los pizzini, de que aparezca simpático? Tengo mis dudas...
--No sé si lo he logrado, pero en todo caso sí he intentado dejar bien claro que era responsable de 40 homicidios. No hablo solamente del Provenzano de los últimos tiempos, cuando se siente inspirado por Dios y dice (ríe) 'Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad'. El problema es que los mafiosos tienen un carisma monstruoso. Yo he conocido a dos o tres y si no vas con cuidado quedas fascinado por esta gente.
--Es usted un escritor muy productivo. ¿Cómo es su ritmo de trabajo?
--El de un funcionario de los que trabaja. Me levanto a las seis, me visto de punta en blanco, si no, no puedo, me pongo delante del mismo ordenador que tengo desde hace 10 años, porque el nuevo va tan rápido que quiere escribir las novelas por mí, y escribo hasta las 10 de la mañana. Por la tarde reviso lo que he escrito. Un Montalbano me cuesta seis meses, porque el camino ya está trazado: Montalbano, Catarella, Mimí... Todo controlado. Una novela como La muerte... me dura un año. Pero como no voy novela a novela, mi editor está empachado, como una criatura. Tengo ocho novelas inéditas. En definitiva, soy un hombre afortunado porque he conseguido ganarme la vida haciendo lo que me gusta. Mi trabajo siempre ha sido mejor que descargar cajas o hacer de minero. Algunos de mis colegas dicen que escribir es un trabajo muuuuy cansado. Evidentemente, no saben lo que es la fatiga. A mis 83 años duermo bien, digiero bien, fumo 60 cigarrillos al día y aún no he muerto de infarto. ¡Tengo suerte! Eso sí, el médico no me deja comer lo que me gusta, por eso se lo hago comer a Montalbano. Pero no durará mucho, porque empieza a cansarme que él coma y yo no. Creo que pronto haré que le suceda algo en el aparato digestivo...
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